Extractos del libro: Qué hacemos con la financiación de partidos
Tercera Parte: Definiendo modelos democráticos de partido y de control político
Si queremos acabar con este estado de cosas, lo primero que tenemos que plantearnos seriamente es ¿qué queremos de los partidos? ¿Para qué sirven, y para qué deben servir? ¿Queremos realmente partidos? Sabemos poco: que la corrupción y los partidos políticos se han instalado entre las primeras preocupaciones de la ciudadanía, según los informes del CIS. Que la estimación de votos conjunta de los dos partidos que han gobernado ininterrumpidamente desde hace 20 años cae en picado hasta el 50%. Que diversos estudios estiman que de cada cuatro votos que pierde PP o PSOE, los partidos minoritarios sólo recogen uno, mientras la abstención aumenta estrepitosamente. Que el descontento ha dejado de retroalimentar la alternancia política, y parece aumentar fundamentalmente la abstención, creando un vacío inédito en el espacio electoral que ningún partido actual consigue llenar. Que, mientras un número creciente de personas considera más útil canalizar su acción política mediante la participación extra-representativa en movimientos y protestas sociales. Que, sorprendentemente, hasta un 57% cree que la democracia podría funcionar mejor mediante plataformas ciudadanas y sin partidos políticos.
Es, por tanto, el momento de que la sociedad civil tome el relevo para conseguir cambios en al menos tres de los factores que blindan el modelo de partidos actual: la Ley electoral, la Ley de financiación de partidos y la (inexistente) regulación de la democracia interna en las organizaciones políticas. Es necesario aprovechar que la situación de crisis política abre diferentes escenarios de cambio y transformación. Sigue leyendo